El principal objetivo debe ser establecer un presupuesto congruente con tus ingresos y gastos. Sé muy honesto(a) con vos mismo(a) e incluí todos los gastos en los que recurrís mes a mes o quincena a quincena. Un presupuesto bien elaborado debe permitirte visualizar tus ingresos y egresos de manera real y eficiente.
Habiendo realizado el presupuesto, no te salgás de los límites que has establecido. A menos que sea una emergencia médica o te hayas quedado desabastecido(a), procurá guiarte por tu presupuesto y seguirlo al pie de la letra. De esta manera, si has pensado en ahorrar, podrás lograrlo.
Tener un colchón de dinero es una parte esencial de tus finanzas. Te permite usar el dinero para pagar gastos no planeados o emergencias que puedan aparecer en tu día a día, en lugar de incrementar tu deuda o invertir a largo plazo. Más allá de los imprevistos los ahorros también son una buena forma de concretar objetivos, como por ejemplo un viaje, la remodelación de tu casa, etc.
Financiarse no es una mala decisión si se hace con control, incluso puede ayudarte a multiplicar tu capital. Pero para nadie es un secreto que endeudarse también puede convertirse en un hábito, y llevarte a una crisis económica personal. Al igual que en el ahorro, los expertos recomiendan destinar un porcentaje de los ingresos a pagar las deudas, entre un 25% y un 30% es un buen nivel. Cuando se tienen deudas, es oportuno preguntarse cuáles se vencen primero, cuáles son a mayor plazo y qué se debe pagar primero para evitar mayores intereses.
La educación financiera es esencial, y dedicar tiempo a tu dinero es una regla de oro que deberías seguir. Educate y formate para poder analizar las opciones de inversión más rentables que harán crecer tu dinero. Cuanto más informado(a) estés, mejores decisiones podrás tomar.
Ya sea de manera personal o familiar, estos tips te servirán muchísimo para mejorar el uso de tu dinero y aprender a administrarlo con más y mejor destreza. ¡Tómalos en cuenta y observa los cambios!