Uno es demasiado pequeño para lograr grandes cosas. Por más que admiremos a los triunfadores solitarios, la verdad es que nadie ha podido hacer solo algo de valor. La creencia de que una persona sola puede hacer algo grande es un mito.
La meta es más importante que la participación individual. Se supone que un equipo no es un grupo de personas usadas como instrumentos por alguien para su propio beneficio egoísta. Los miembros de un equipo deben beneficiarse mutuamente al compartir sus metas. Deben ser motivados para que trabajen juntos.
Cada jugador(a) tiene un lugar donde dar lo mejor de sí. Cuando el miembro correcto del equipo está en el lugar correcto, todos(as) se benefician. Un equipo experimenta cosas buenas cuando cada uno de los jugadores ocupa el lugar donde dará lo mejor de sí. Las grandes cosas ocurren cuando todos los jugadores(as) del equipo están ubicados(as) en la posición que maximiza sus talentos, sus habilidades y su experiencia.
A medida que el desafío crece, la necesidad de un trabajo en equipo aumenta. Tenzing dijo: “No se sube a una montaña como el Everest tratando de trabajar solo o en competencia con sus compañeros(as). El trabajo en equipo se hace lento, cuidadosamente y sin egoísmos. Por supuesto que me gustaría llegar a la cumbre por mí mismo(a); es lo que he soñado toda mi vida. Pero si lo logra otra persona, lo asumiré como un hombre y no me pondré a llorar como un niño. Para eso está la montaña ahí”
Todo equipo es tan fuerte como lo es su eslabón más débil. No importa cuánto traten de racionalizarlo, compensarlo u ocultarlo, finalmente un eslabón débil quedará en evidencia. Esa es la ley de la cadena.
Los equipos triunfantes tienen jugadores(as) que hacen que las cosas sucedan. La mayoría de los equipos no mejoran naturalmente por sí mismos. Si se les deja solos no crecen, no progresan, ni alcanzan el calibre de campeones(as). Al contrario, tienden a decaer.
La visión da confianza y dirección a los miembros del equipo. Como un dinosaurio moviéndose lentamente entre nuevas compañías que se movían como chitas. Si no cambiaba algo, la empresa estaría en graves problemas.
Las malas actitudes arruinan al equipo. Es la “relacionista pública” de nuestro verdadero yo. Sus raíces son internas pero sus frutos son externos. Es nuestra mejor amiga o nuestra peor enemiga.
Cuando de contar se trata, los compañeros(as) de equipo deben poder contar con los(as) demás. Si hay una falla en el proceso se pierde la confiabilidad, el cliente se va insatisfecho, y el trabajo va a parar a manos de otro candidato.
El equipo no logra alcanzar su potencial cuando falla en pagar el precio. Todos(as) deben pagar el precio. Si el precio por pagar no lo pagan todos(as), entonces todos(as) tendrán que pagar el precio por perder.
El equipo puede hacer ajustes cuando sabe dónde está parado. Si un equipo ha de lograr sus metas, debe saber dónde está parado. Ningún equipo puede ganar si pasa por alto la realidad de su situación.
¿Cómo definir el banco? Identificá a los iniciadores, los cuales son individuos de primera línea que directamente añaden valor a la organización o que influyen en su curso de forma directa. El banco está constituido por las personas que indirectamente añaden valor a la organización o que apoyan a los iniciadores con lo que hacen.
Los valores compartidos definen al equipo. Los valores organizacionales influyen y guían el comportamiento del equipo del mismo modo en que los valores personales influyen y guían el comportamiento de un individuo.
La interacción aviva la acción. La política de comunicación de Bethune es: “Lo diremos, a menos que decirlo sea peligroso o ilegal”. Se necesita comunicación para crear cambios positivos en una organización. La interacción aviva la acción: Ese es el poder de la ley de la comunicación.
La diferencia entre dos equipos igualmente talentosos es el liderazgo. Todo el mundo anda en busca de la fórmula mágica que lo llevará al éxito. Mientras más competitivo es el mercado, más implacable es la búsqueda.
Nada duele cuando se está ganando. “Cada vez que usted gana nace de nuevo; cuando pierde muere un poco”. Cuando la moral está alta el equipo se enfoca en su potencial, no en sus problemas. Sus miembros se vuelven más comprometidos. Y todo el mundo encuentra más fácil ser desinteresado.
Invertí tiempo extra en los componentes del equipo. Generalmente el tiempo, el dinero y el esfuerzo que se invierten en desarrollar a los miembros de un equipo no lo cambian de la noche a la mañana, pero siempre dan dividendos.
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